La OMS incluye el «burnout» o síndrome del trabajador quemado en su clasificación de enfermedades
Autor: Javier Cassini Gómez de Cádiz,
Auditor Jefe y Director en Prevycontrol, Auditora de SGPRL
La Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aprobado su nueva lista de enfermedades. Dicha relación entrará en vigor en el año 2.022.
En esta nueva lista, la OMS ha incluido el síndrome del trabajador quemado o burnout y, de este modo, dicho transtorno entra oficialmente en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS.
El organismo ha adoptado la revisión del listado, que actualiza al vigente desde 1990, en su Asamblea General. Es la primera vez que se incluye este concepto, que se refiere -en palabras del portavoz de la OMS Tarik Jasareviv- a un estado de agotamiento y un sentimiento de falta de eficacia y rendimiento en el trabajador.
La clasificación de enfermedades de la OMS proporciona un lenguaje común gracias al cual los profesionales de la salud pueden intercambiar información sanitaria en todo el mundo. La decisión de incluir el burnout, en base a conclusiones de expertos sanitarios en todo el mundo, ha sido adoptada por los Estados miembros del organismo, reunidos desde el pasado día 20 de Mayo en Ginebra. El listado, conocido como ICD-11, sirve de base para establecer tendencias y estadísticas sanitarias.
El burnout, que hace su entrada en la sección sobre «problemas asociados» con el empleo o el desempleo, recibe el código QD85. Se describe como «un síndrome (…) resultante del estrés crónico en el trabajo que no ha sido gestionado con éxito», y se caracteriza por tres elementos: «Un sentimiento de agotamiento», «cinismo o sentimientos negativos relacionados con el trabajo» y «menor rendimiento profesional».
El registro de la OMS establece que este síndrome «hace específicamente referencia a los fenómenos relacionados con el contexto profesional y no debe ser utilizado para describir experiencias en otras áreas de la vida».
Este último aspecto será, con el tiempo y en base a la experiencia profesional, lo que resultará más difícil de discernir. La relación única causa-efecto entre el padecimiento del síndrome del trabajador quemado y el trabajo en sí mismo puede no estar clara; el ser humano es uno e indivisible, delimitar con precisión las relaciones entre una causa concreta y un transtorno con notable base psicológica y, además, graduarlo, no parece tarea nada sencilla y será necesario un equipo profesional muy especializado para diagnosticar el burnout y marcar su etiología en exactitud.
La nueva clasificación, ya publicada el año pasado, fue adoptada formalmente durante esta 72ª Asamblea, y entrará en vigor el 1 de enero de 2022. La anterior, el ICD-10, entró en vigor en 1990. Incluye nuevos capítulos, incluido uno sobre salud sexual.
Aunque no estén relacionados directamente con entorno laboral, otras novedades son que saca la «incongruencia de género «, es decir, la transexualidad, de la lista de enfermedades mentales para clasificarla en el capítulo de disfunciones sexuales. También incluye los trastornos relacionados con los videojuegos en la sección de los desórdenes de dependencia, y propone un nuevo capítulo sobre medicina tradicional.