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El avance de la «no salud mental» y la empresa

Divaguemos un poco acerca de los efectos de la pandemia sobre la salud mental y su relación con el mundo de la empresa. A lo mejor concluimos algo o, al menos, nos ponemos en modo reflexión para ver si, personalmente, redirigimos nuestra actuación como técnicos de prevención.

Seguramente, en estos meses, hemos mantenido más de una conversación sobre cómo saldrá el ser humano de la pandemia, ¿mejor?, ¿peor?…

Antes de aparecer el COVID-19 ya se hablaba de la depresión como uno de las enfermedades que más estaba creciendo en el mundo y, especialmente, en los países más desarrollados. Las redes están plagadas de datos sobre esto.

Después pasamos el confinamiento, al que esperemos no volver, y paulatinamente y de distintas maneras comenzamos a regresar al trabajo presencial. En ese momento, comenzamos a observar en las empresas que el estado mental de muchas personas se había alterado, los estados depresivos y de ansiedad habían aumentado.

No se trata en esta líneas de analizar el por qué ni profundizar en las consecuencias y síntomas. Pero sí debemos pensar que no es un asunto que solamente afecte al mundo del trabajo; en la calle vemos lo mismo, desidia exagerada, demasiado pensamiento cortoplacista, irascibilidad a flor de piel, etc.

Si este es el camino que vamos cogiendo en nuestra sociedad occidental, podemos hablar de lo que ya se está llamando la pandemia de la salud mental.

Las empresas son un lugar más en donde las personas vivimos, donde pasamos gran parte de nuestro tiempo y, por tanto, un lugar donde podemos hacer lo posible para actuar contra esta segunda pandemia, o efecto incrementado de la primera. Las empresas no son culpables, pero pueden colaborar a nivel social para que las personas sean más felices y, además, seguro que de este modo obtienen mejor productividad y rentabilidad.

En el marco de la empresa estamos los técnicos de prevención, ya seamos externos o internos, y tenemos la responsabilidad de sacar lo mejor de nosotros mismos transmitiendo sensatez, positivismo y aportando medios para paliar esta pandemia de la salud mental así como para la vigilancia de los trabajadores en este sentido. El perfil del técnico de prevención debe adaptarse pues las circunstancias han cambiado, debemos formarnos en esta materia para atenderla de la mejor manera y/o disponer de recursos al efecto.

Todo ello desde nuestro papel en la empresa, porque personalmente cada uno debe empujar todo lo que sea posible…como en el celebrado y magnífico anuncio navideño de Campofrío que estamos viendo en estas fechas.

Como técnicos de prevención, nos toca seguir empujando desde la empresa para un mundo mejor; con una sonrisa y adelante!!!

12 diciembre, 2021 BLOG